Los caballos como espejo del sistema nervioso

Quien pasa tiempo con caballos lo experimenta rápidamente: los caballos no reaccionan a las palabras, sino a la postura corporal, la respiración y la presencia interior. Reflejan tensiones inconscientes y muestran cómo está regulado nuestro sistema nervioso.

Por qué los caballos son tan sensibles

Como animales de huida, perciben cambios mínimos. El tono muscular, el ritmo respiratorio o la postura influyen en su reacción. No juzgan: observan.

Correulación

Cuando una persona está tensa, el caballo se vuelve más alerta. Cuando la persona se calma, el caballo responde con relajación. Dos sistemas nerviosos que se ajustan entre sí sin necesidad de hablar.

Lo que las personas pueden aprender de ello

Los caballos invitan a reflexionar:

– ¿Dónde llevo tensión?

– ¿Cómo respiro?

– ¿Estoy presente o con la mente en otra parte?

Un ejercicio breve de autorregulación

1. Bajar la mirada o cerrar los ojos  

2. Observar hombros, pecho y abdomen  

3. Relajar conscientemente una zona  

4. Tomar tres respiraciones tranquilas  

Este ejercicio cambia de forma inmediata la reacción del caballo, porque modifica nuestro sistema nervioso.

Conclusión

Los caballos no exageran ni suavizan nada: reflejan lo que hay. Por eso pueden ayudar a las personas a comprender mejor su propio sistema nervioso y a regular el estrés.